Grabemos nuestras historias
de vida en la comunidad para conocernos
En el pasado, las
personas contaban sus historias y para dejar su legado les enseñaban a sus
hijos a memorizar sus mitos, relatos o cuentos fantásticos del mundo. Aquel que
tenía mala memoria perdía la herencia de sus padres debido a que las grandes
historias desaparecían para siempre o quedaban guardadas en una parte muy
profunda del cerebro sin posibilidad de rescatarlo. Ahora en este tiempo tenemos herramientas para guardar nuestras
historias, esas herramientas son de grabación de audio como la grabadora
periodística en el estado más puro, el analógico.
Desde el nacimiento
de la grabadora periodística, la radio se ha transformado y gracias a ella los
periodistas han podido salir de las cabinas y registrar voces de los políticos,
jueces y todas las personas de la comunidad. La radio se ha vuelto más móvil, más caminante, se encuentra a fuera,
en las calles, representada por sus reporteros y periodistas.
Pero esto no es todo,
la grabadora periodística no sólo
transformó el consumo de radio sino que ha permitido que las personas de una comunidad
se empoderen a través de la grabación de experiencias culturales; mitos,
leyendas, cuentos. Narraciones orales que se graban para dar a conocer a otras personas de diferentes
lugares la identidad de lo que somos a través de un audio.
Desde el nacimiento de la grabadora se ha generado un
poder simbólico político, las personas que hablan a
través de ella analizan bien su discurso, porque saben que allí, se encuentra
una parte de ellos, que esta aprisionada y pueden beneficiarlos o perjudicarlos.
Por eso antes de grabar hay que pensar bien qué es lo que se va a decir y cómo
lo voy a decir.
La grabadora
periodística es muy accesible a cualquier individuo, debido a que es de muy
bajo costo económico y fácil de utilizar. Esta
herramienta ha generado de una u otra manera, gran parte de la democratización
de la comunicación en los medios y la generación de medios comunitarios
alternativos como los casettforos.
Para concluir quiero invitar a todas las comunidades
Nariñenses y de todo el mundo que realicen espacios de interacción con la
grabadora periodística. Pueden reunirse las juntas
barriales y veredales del municipio y con una grabadora adquirida por sus
mismos fondos económicos, graben todas
las historias que tengan que decir los abuelos, las personas mayores de las
veredas o de los barrios y las guarden. Luego graben todas las anécdotas de
todos; niños, jóvenes, adultos sobre un tema. También pueden grabar lo que les
inconforma del lugar donde viven o de lo que sucede en su pueblo.
Cuando hayan grabado
todo esto, pueden generar un espacio en el salón comunal en donde se reúnan un
día especifico al mes acordado por la misma comunidad y escuchar lo que se ha
dicho y vivido en el tiempo. El
presidente de la junta guardará todos los audios y de este modo se estará
realizando una memoria colectiva. Saldrá a partir de las comunidades,
fonotecas de su identidad, de lo que son, cómo viven, qué hacen y qué les
molesta. Puede ser una gran herramienta para la generación de políticas que
beneficien a la comunidad porque desde ahí se realizaran vínculos que
fortalecerán las relaciones comunales. En
un futuro cercano todos estarán de acuerdo en cualquier decisión que se tome en
conjunto porque se conocen.